Como se suele decir, tras la ciclogénesis explosiva viene la calma. Y así fue. Subida con cuchillas por nieve durica, segura y bien asentada. Bajada con nieve primavera, muy buena por arriba y pasable por abajo. Entre medio, sol, poco viento y temperatura ok. Con la alarma general mediática, no había nadie ni en el monte, ni en la carretera. Todo para nosotros. Sólo cuatro personas más en la cima, y además majos. Bajada esquiando hasta la puerta del coche, como debe ser, que estaba aparcado más abajo de lo habitual. Palas, empujones y mucho ingeniero para sacar el coche: uno palea y seis dirigen. Y ahora a esperar la próxima tregua entre borrascas.
Primeros rayos de sol y el personal se lanza.
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